jueves, 17 de octubre de 2013

El lavadero

Aquella vez despertó mareado y sofocado por el calor de la noche. Al abrir por completo los ojos no tenía idea de qué hora fuera, o qué día, parecía haber dejado en su lecho algo como una piel ulterior, un manto o una sábana cutánea. Fue al baño, encendió el parpadeante foquito blanco y se lavó lentamente, como acariciando el agua. Dejó que recorra su cuello y se inmiscuya entre sus cabellos, se mojó el pijama, se refrescó de tanto bochorno y de tanto sopor. Se miró en el espejo manchado: el

miércoles, 16 de octubre de 2013

La noche de los ojos abiertos

Y bueno, parece que es así, que te has ido diciendo que me vaya al cuerno, que te largas y no sé qué cosas más, una de esas frases de entre noche, que saben a galleta de soda mojada, a parpadeo infinito, casi siempre a oscuras y tenue la luz naranja del alumbrado público, porque hace tanto que apenas te escucho desde adentro de mis ojos cerrados, en este vaivén, en este dormir y no dormir. Entonces está bien, qué me interesa que te hayas ido, que ya te hayas subido a algún ómnibus o que aún andes en algún puente peatonal, mirando los autos y sus luces que forman líneas paralelas con sus faros, pero eso no es cierto porque estás aquí, rozándome, durmiendo y respirando a medias, y entonces no te

domingo, 6 de octubre de 2013

Tobillos

Lo que viene a continuación es una tarea de un curso de narrativa, tuve que hacer un cuento que esté escrito en segunda persona, ambientado en la época del crac del 2008 y que contenga las palabras casa, arroz, ornitorrinco,sangre,prostíbulo y Machu Picchu.
Por cierto, no soy un fetichista ni vendo binoculares en el Parque de las Leyendas.

Usted hizo las cosas con tanta limpieza que ni siquiera la muerta ni la sangre hubieran podido culparle. Pero cómo no hacerlo así, con tanta frialdad. Estaba usted harto de vender binoculares,