sábado, 2 de noviembre de 2013

Geografías


«Soy el único superviviente del desastre. Todo ha acabado. La gran gruta, que solía ser nuestro hogar, nuestro refugio, se ha inundado con el Líquido Infinito. Se ha destruido. Nuestro mundo se ha terminado. Ya no tenemos (tengo) nada, solo el miedo infinito y el dolor. Ahora camino sobre la piedra llana y no logro distinguir aún en el horizonte nuevas tierras. Solo veo más y más roca plana, y detrás de mí desaparecen tristes los escombros de lo que fue mi colonia, mi familia, mi pueblo. Solo queda un enorme hoyo mojado y los cadáveres de todos mis familiares, amigos, conocidos... Hace calor, ya que salí del Gran Campo de Sombra Verde, de lo mío, de mi lugar. No tengo nada que comer, ya no están mis amigos, ya no tengo con quién cargar un Demonio Negro, nuestro alimento.
(...) No dejo de pensar en lo que pasó, pero qué puedo hacer ahora, realmente ¿qué puede hacer aquel que vio desaparecer a su pueblo, a sus amigos, a sus compañeros de caminata-larga-caminata?, ¿qué debe hacer aquel que vio morir todo lo que conocía bajo la tranquila furia del